Colombia rompió el récord mundial de superficie dedicada a la siembra de coca, de acuerdo al informe anual de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), que advirtió sobre el incremento global de la demanda y la exportación a Estados Unidos y Europa.

La nación sudamericana “reporta un incremento del 43% en el área sembrada con coca en el país, pasando de 143.000 hectáreas (ha) en 2020 a 204.000 ha en 2021”, señaló el análisis.

A su vez, el estudio remarcó que la cifra de 2021 es la más alta registrada por la ONU desde que empezó a su seguimiento de la producción de cocaína en 2001.

En tanto que los mayores compradores son Estados Unidos y Europa, algo que se evidenció con distintas pruebas recabadas y la suba en lo producido para esos destinos, que pasó de 1.010 toneladas de cocaína a producir 1.400.

Nariño y Putumayo destinan casi 90 mil hectáreas

Al observar el mapa de producción colombiano, los departamentos de Nariño y Putumayo, en la frontera con Ecuador, suman 89.266 hectáreas y el Catatumbo, vecina de Venezuela, sigue en la lista con 42.576.

El 62% de los cultivos de coca se concentran en tres departamentos (Nariño, Norte de Santander y Putumayo), el 45% en apenas 10 municipios y cerca del 50% en “zonas de manejo especial”, en particular, en tierras de comunidades negras y en zonas de reserva forestal.

Este incremento se debe, principalmente, a la “vulnerabilidad territorial”, “el aumento de la demanda global” de la droga y la presencia de los actores armados que se lucran de ese negocio, apuntó la ONU.

La directora de UNODOC, Candice Welsch, y el ministro de Justicia, Néstor Osuna, aseguraron que el Gobierno del presidente Gustavo Petro “diseñará y pondrá en ejecución una política de drogas que no incluye la legalización de la cocaína”.

“Si continuamos con lo mismo que se ha venido haciendo en los últimos 10 o 20 años el resultado no va a cambiar. Si queremos revertir esa cifra tenemos que hacer algo distinto, algo nuevo. La hoja de ruta es el cumplimiento del Acuerdo de Paz. Ahí hay una política alternativa de sustitución de cultivos que clama por ser ejecutada. Este Gobierno quiere ponerla en marcha y está absolutamente comprometido en implementarla”, indicó Osuna.

Por su parte, Welsch aseguró que “los cultivos de coca siguen amenazando el potencial cultural del país y su biodiversidad”.

“Cerca del 50% se encuentran en zonas de especial manejo; por tanto, la creación de estrategias enfocadas en el potencial forestal, ecológico y cultual del país será esencial para asegurar la sostenibilidad de las futuras generaciones en estos territorios”, evaluó.

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