Regionales

Juzgan a docente acusado de abusar de un alumno con retraso

Está previsto que este jueves las partes brinden sus alegatos y que luego el tribunal dé el veredicto.

Leopoldo Alejandro Álvarez, quien era orientador en el Centro de Día La Esperanza, comenzó a ser juzgado ayer por la Cámara del Crimen 2 de San Luis por “Abuso sexual simple agravado por ser el encargado de la educación y corrupción de menores agravado por ser el encargado de la educación en concurso real — dos hechos”. El docente, de 44 años, está acusado de manosear a un alumno con retraso madurativo en el baño de la institución y de enviarle fotos y videos pornográficos a través de WhatsApp.

Según la acusación que elevó el fiscal de Instrucción Esteban Roche, vía web un integrante del equipo interdisciplinario del Centro de Día La Esperanza denunció a Álvarez en enero de 2018 a través de una denuncia anónima. Expuso que el denunciante señaló que tenía conocimiento de que en agosto de 2017 el acusado le había tocado los glúteos a la víctima en un baño del establecimiento cuando se estaba lavando los dientes y que le había enviado fotos y videos porno a su celular.

Para Roche, el accionar de Álvarez alteró el normal desarrollo del damnificado y también lo corrompió. Indicó como atenuantes la falta de antecedentes condenatorios y como agravantes la extensión del daño causado en el joven. Por todo ello, solicitó que el docente sea condenado a 10 años de prisión.

En la audiencia de ayer declaró Ivana Biaggio, directora del Centro de Día La Esperanza. Dijo que ella no tenía conocimiento de la denuncia contra Álvarez y que se enteró de ella cuando fue citada a declarar. Recordó que una vez un docente le estaba cortando el pelo al hermano de la víctima en el establecimiento y que observó que el chico estaba mirando un video con contenido sexual en su celular. Contó que cuando ella le preguntó al joven de dónde había sacado esas imágenes, él le dijo que se lo había enviado “el profe Leo”. Le pidió que lo borrara y luego realizó una reunión con los profesionales de la institución, donde les recordó que no podían mantener contacto con los alumnos a través de ningún medio.

Luego declaró S.P., madre de la víctima. La mujer relató que su hijo le decía que “el profe Leo” le enviaba fotos y videos y que lo había manoseado en el baño, y le comentó que el hombre había tenido esos mismos comportamientos con uno de sus compañeros. Dijo que en la época en que se hizo la denuncia, ella notó que el chico regresaba a la casa nervioso y que hubo días en los que no quiso ir más a la institución. “Ahora, como lo han vuelto a llamar para declarar, me estuvo diciendo que no quiere volver a la escuela”, agregó la mujer.

Tras su testimonio, el tribunal escuchó el de la víctima. A pesar de su discapacidad, K.R. tuvo la posibilidad de contar lo que vivió. Se lo notaba nervioso. Relató que “el profe Leo” le envió una foto de él bañándose, donde se le veía al menos el torso desnudo. Dijo que cuando recibió esa imagen la borró y decidió bloquear el número del docente, y cambiar el suyo para que no lo molestara más. Luego contó detalles sobre el episodio que vivió en el baño de la escuela. Recordó que él estaba solo, lavándose los dientes y que el profesor entró y le tocó la cola.

Consultado por el tribunal sobre cómo fue que el acusado consiguió su número de celular, dijo que Álvarez se contactó con él a través de Facebook cuando dejó de asistir por unos días al Centro de Día, tras el episodio que sucedió en el baño. Aseguró que su temor era que sus compañeros también llegaran a ser ultrajados como él.

Entre los testimonios de ayer también estuvo el de Erika Valdebenito, psicóloga del Cuerpo Profesional Forense del Poder Judicial. Señaló que entrevistó a K.R. y que el chico no presentaba alteraciones psicopatológicas, que estaba orientado en tiempo y espacio y que, a pesar de su retraso madurativo, tuvo la capacidad para realizar una reconstrucción de los hechos aun con su lenguaje escueto. Descartó que tuviera alucinaciones o delirios y resaltó que su inmadurez no le permite hablar de situaciones que no haya vivido. Refirió que el joven manifestaba emociones como temor, angustia y ansiedad, y que, por sobre todo, lo que más lo afectó fue la decepción que tuvo sobre esa figura de docente, de educador.

En la audiencia de ayer también declararon la psicóloga y la vicedirectora del Centro de Día La Esperanza. Para hoy está previsto que declaren los últimos testigos y que luego el fiscal de Cámara 2, Fernando Rodríguez; la Defensora de Niñez, Adolescencia e Incapaces 2, Marcela Torres Cappiello, y las abogadas Karina Matelli y Carla Salomón Sosa, quienes representan al acusado, brinden sus alegatos. Posteriormente, el tribunal daría el veredicto.

Muchas gracias por considerar nuestro trabajo diario.
Tu aporte de $200 nos ayuda a cubrir algunos costos. Donar

Comentarios
Volver arriba