Marcha atrás: la UNSL no pedirá pase sanitario para las actividades presenciales
En una sesión extraordinaria, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) aprobó el nuevo Protocolo de Presencialidad
En una sesión extraordinaria, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) aprobó el nuevo Protocolo de Presencialidad Cuidada en todo el ámbito de la institución para prevenir contagios por Covid-19.
El Protocolo sigue los ejes y las propuestas de los Ministerios de Salud y Educación de la Nación, y del Comité de Crisis de la provincia de San Luis.
El proyecto prevé una nueva definición de los grupos de riesgo, donde las personas que solamente tengan alguna patología de base, como las inmunodeficiencias adquiridas por alguna enfermedad o generadas por fármacos para el tratamiento de alguna otra situación (como los pacientes oncológicos), podrán ser exceptuadas de la obligatoriedad del trabajo presencial. También es el caso de las mujeres embarazadas (en tercer trimestre) y de los pacientes trasplantados. “Salen de los grupos de riesgos todas las otras patologías como hipertensión y diabetes”, dijo Raúl Gil, secretario general de la UNSL.
En diciembre de 2021 se había planteado la posibilidad de establecer el “pase sanitario” para las actividades presenciales, pero la iniciativa, presentada por uno de los gremios docentes y acompañada por el resto de los órganos representativos de la casa de estudios, no fue considerado. “Sí se va a coordinar desde la Secretaría General de Rectorado un relevamiento del estado de la vacunación del personal de la Universidad, ya que a todas las licencias por Covid-19 que son diagnosticas con la enfermedad o que son contactos estrechos les corresponde una excepción de asistir a la UNSL por cierta cantidad de días”, especificó Gil.
En ese sentido, el secretario general detalló que se analizará la posibilidad de instalar sensores de dióxido de carbono para monitorear la calidad del aire en recintos cerrados. Esto será indicador de los periodos en los cuales corresponde ventilar y desalojar los recintos para mayor seguridad y reducir al mínimo las posibilidades de contagios.
“La idea es articular este Protocolo con la reglamentación prevista por el Consejo Superior para las actividades académicas de este año, que también es una discusión que se entabló con los estudiantes para evitar que colisionen algunas medidas con la reglamentación”, explicó.
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