Se mantendrá en secreto la ubicación del ancestral “Arrayán Gigante” para protegerlo
Hace unos días se informó de la existencia de un “Arrayán Gigante” en el Parque Nacional Los Arrayanes -Neuquén-.
Hace unos días se informó de la existencia de un “Arrayán Gigante” en el Parque Nacional Los Arrayanes -Neuquén-. El ejemplar, considerado único en el mundo, alcanza el triple de altura que un Arrayán normal y se estima que tiene unos 800 años; si bien en un principio se dijo que se iba a poder visitar, recientemente se confirmó que su ubicación exacta quedará en secreto para mantenerlo intacto.
Recientemente el intendente del Parque Nacional Los Arrayanes, Carlos Garay, informó a través de una entrevista radial que en esa reserva existe un “Arrayán Gigante” único en el mundo, que mide más del triple que un ejemplar normal y que tiene unos 800 años.
Explicó que sabe de su existencia desde hace unos tres años, ya que el Guardaparque Domingo Nuñez le mostró el ejemplar. “Es verdaderamente impactante su altura y tamaño, no hay registros de que exista en el mundo otro ejemplar con estas características”, aseguró Garay en comunicación con AVC Noticias. El funcionario decidió mantener en secreto su existencia durante estos años para poder conservarlo intacto.
Si bien Garay tiene conocimiento de este ejemplar desde hace unos tres años, algunos locales saben de él desde hace décadas. Al ser consultado por La Angostura Digital, Alejandro Calderón, un conocido vecino cuya familia vive desde hace 100 años en la localidad, explicó que en la decada del 1940 el expresidente Juan D. Perón expropió la Estancia Quetrihue y la incorporó a la reserva nacional, entonces “mi padre fue designado como Guardaparque, y hablaba de este ejemplar que lo bautizaron como ‘repollo’ por la forma que tiene. (…) Por eso, al igual que yo, muchos descendientes de familias de viejos pobladores sabían de la existencia de este viejo Arrayán”, relató.
Sin embargo, la presencia de este Arrayán se mantuvo como un secreto entre los locales, y nunca se habló públicamente de él hasta que Garay informó de su existencia ante la prensa.
En un principio el funcionario dijo que estaban analizando construir una pasarela para que los locales y los turistas puedan visitarlo, siempre tomando “las acciones necesarias para resguardar esta verdadera joya que nos brinda la naturaleza”. Pero hoy confirmó que su ubicación exacta se mantendrá en secreto.
Explicó que “me parece correcto que la gente sepa de la existencia de este ejemplar de semejante porte, de ahí a que la gente piense que va a poder tocarlo o algo por el estilo, no está en lo cierto. Y doy como ejemplo el ‘Gran Capitán’, un ejemplar de secuoya gigante que está en el Parque Nacional Las Secuoyas, en Estados Unidos, que la gente no sabe exactamente dónde está, pero sí sabe que existe”.
La medida de mantener en secreto su ubicación es para conservarlo intacto y resguardarlo del turismo de masas.
El Parque Nacional Los Arrayanes protege las 1.796 hectáreas de la Península Quetrihue -’donde hay arrayán’ en lengua mapuche-, la península integró el primer Parque Nacional de Latinoamérica: el parque Sur, fundado en 1922 por decreto del expresidente Yrigoyen, en el ‘34 el Parque Nacional Nahuel Huapí reemplazó a la reserva Sur, y en 1971 la Península Quetrihue se separó del parque Nahuel Huapí y se creó formalmente el Parque Nacional Los Arrayanes. Allí se encuentra uno de los bosques de arrayanes más conocidos del mundo, además de estos árboles; también se encuentran coihues, ñires, cipreses y huahuanes, entre otras.
Bosque de Arrayanes en la Península Quetrihue. /El Viajero Feliz/.
Además, el ecosistema es hábitat de aves como el cormorán imperial, el cauquén cabeza gris, el chucao, el rayadito y varias especies de pájaros carpinteros. También viven animales como el fuertemente protegido hullin-en peligro de extinción-, el zorro colorado, el gato huiña y el monito de monte -que pese a su nombre no es un primate, sino un pequeño marsupial-, entre otras.
La conservación de la Península es esencial para proteger a estas especies y mantener el equilibrio del ecosistema. Las visitas al Parque Nacional están estrictamente controladas, ya que el turismo de masas ha provocado un severo daño en el ecosistema, en especial a los arrayanes: debido a su lento crecimiento muchos ejemplares juveniles eran destruidos inadvertidamente por los visitantes, mientras que la remoción de la vegetación y la erosión provocada por los senderistas dejan al descubierto las raíces de los ejemplares adultos, dañandolos irreversiblemente en algunos casos.
Por hay un área delimitada de bosque que puede visitarse para fines educativos/recreativos, y un área de reserva estricta en la que está prohibido adentrarse, el “Arrayán Gigante” está en la reserva estricta.
Además, la sequía de los últimos años afectó severamente al bosque. “La sequía que tenemos, que se puede observar en el poco caudal que tienen nuestros ríos, afecta directamente a los arrayanes que necesitan un régimen de lluvias que no es el que tenemos en los últimos años a causa del cambio climático”, explicó Garay.
Asimismo, el funcionario explicó que “si el día de mañana la Administración de Parques Nacionales entiende que se puede hacer un circuito como para poder ver a el ‘repollo’, se tomarán las medidas pertinentes para el resguardo del medio ambiente y con un monitoreo las 24 hs para que esto se cumpla como corresponde”.
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