El hecho ocurrió el pasado 17 de julio en una carnicería ubicada en la Avenida 25 de Mayo. Del lugar se llevaron suma aproximada de un millón de pesos y dos celulares.

Las averiguaciones de los policías de la Comisaría 12ª les indicaron que una vez más, como tantas otras, Lucas Gastón Domínguez podría tratarse de uno de los delincuentes que la semana pasada entraron a un comercio de embutidos de Villa Mercedes, asaltaron a punta de arma de fuego a sus dueños y se llevaron un millón de pesos. "Leroy", como lo conocen, fue detenido en San Luis y en las próximas horas será llevado a los Tribunales de la Segunda Circunscripción para que le informen cuáles son las pruebas en su contra.

Este lunes, durante la tarde, una comisión policial trasladó a "Leroy" de la capital hacia Villa Mercedes. En el transcurso de la mañana de hoy seguramente el fiscal instructor Leandro Estrada, con base en los elementos probatorios que lo ligan al asalto, formulará cargos contra él en la audiencia de imputación.

Lo detuvieron luego de allanar la casa 64 de la manzana 306 del barrio 56 Viviendas de San Luis.

Hace apenas unos días, en un allanamiento a un domicilio de Villa Mercedes, la Policía aprehendió a otro hombre. Los investigadores presumían que ese sospechoso, de apellido Aguilera, era el otro ladrón que faltaba.

Una de las pruebas que lo conectaban al robo en cuestión es que, entre sus pertenencias, los efectivos encontraron dos billetes de 100 pesos que estaban marcados de la misma manera que suele hacerlo el dueño de La Gringa, el negocio asaltado.

No obstante, el fiscal dio la orden de liberarlo, puesto que ese elemento no constituía suficiente evidencia para sostener que tuvo participación en el robo.

El atraco en cuestión sucedió el lunes 17. Marcela Tanez y Leandro Salinelli, los dueños de La Gringa, contaron que abrieron el comercio alrededor de las 17:30.

Un par de horas después, entraron dos hombres que no anduvieron con rodeos. Uno de ellos sacó un revólver y les ordenó a las víctimas que se tiraran al piso y se escondieran debajo de una mesa.

En eso, cuando la mujer estaba en el suelo, le apuntó y le exigió que le diera todo el dinero que tenían en el local. Salinelli no lo dudó, le dijo que en la habitación contigua guardaba la plata para pagar los impuestos: un millón de pesos.

Los delincuentes tomaron el dinero y huyeron.

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