Salud

Una investigación de la UNSL concluye que en Sierra de las Quijadas hay más biodiversidad de la que se creía

Los resultados de la investigación eran interesantes; contribuían al conocimiento y la conservación de la zona, pero el objetivo era ir por

Desde hace 23 años un equipo científico, dirigido por el biólogo Dr. Antonio Mangione, estudia los procesos ecológicos y la fauna presente en la zona de Sierra de las Quijadas. A principios de los 2000 la zona de estudio e investigación era restringida, enfocada en el primer llano que se vislumbra al ingresar a Quijadas. Los resultados de la investigación eran interesantes; contribuían al conocimiento y la conservación de la zona, pero el objetivo era ir por más.

Entonces, varios años más tarde, en 2018 se propusieron ampliar el área de estudio para analizar un mayor territorio y ampliar la escala de análisis, eso multiplicó los esfuerzos y desafíos que debió enfrentar el equipo científico. Las labores de campo fueron una ardua tarea que implicó acciones más extensas, más días de acampe, más esfuerzo y más sacrificios. Pero el esfuerzo no fue en vano, ya que descubrieron que el Parque Nacional Sierra de las Quijadas tiene muchas más riquezas de lo que se pensaba.

Una de las conclusiones que se desprende del estudio es que en el lugar existen ecotonos, que es la conjunción o la mezcla de diferentes ecosistemas, lo que genera una mayor biodiversidad. En particular, en Quijadas hay una conjunción entre la ecorregión del Chaco y del Monte: “al reunir características de ambas regiones los ecotonos están definidos y caracterizados como zonas de alta diversidad biológica”, explica Mangione en sus redes sociales.

A su vez, este ambiente ecotonal propicia la aparición de especies endémicas (especies que habitan un área territorial muy restringida). “Descubrimos que en Quijadas aparecen especies de roedores muy chiquitos y endémicos de la región, que son importantes porque son (…) alimento de un número importante de especies carnívoras, aves rapaces y félidos”, explica Mangione al portal de noticias de la UNSL.

El equipo de investigación. /Prensa Institucional UNSL/.

Con datos científicamente comprobados la investigación descubrió que en el lugar había más especies de las que se creían, y determinó que en Quijadas hay una diversidad de 12 especies de mamíferos pequeños. “Eran menos hasta que empezamos a hacer los estudios (…). Ahora podemos decir que el Parque tiene más riqueza de especies de las que –se pensaba- que tenían; por lo que tal vez tengan que cambiar algo cuando –diseñen- su plan de manejo de conservación. No es lo mismo considerar ocho especies que doce”, remarcó el Doctor.

Además, la investigación descubrió más información sorprendente: las maras de San Luis tienen comportamientos diferentes a las maras que habitan en la Patagonia.

La mara –Dolichotis Patagonum- es el segundo roedor más grande del planeta, es un animal endémico y se distribuye desde la Patagonia, pasando por San Luis, hasta Córdoba y La Rioja. No obstante, a pesar de su relativamente extensa distribución, todo lo que se conoce acerca de esta especie se sabe gracias a una numerosa cantidad de estudios realizados en un reducido territorio de Península Valdés, en Chubut, debido a que allí su población es mayor y es más fácil observarlas.

Para diversificar los conocimientos acerca de la especie, los científicos de la UNSL se propusieron estudiar a las maras en territorio provincial, específicamente en Quijadas. “Descubrimos, hasta el punto que no nos creían, que las maras de Cuyo son muy distintas a las de Península Valdés”, enfatizó Mangione. Con estos estudios se pudo conocer mejor su comportamiento: cómo y que comen, como se reproducen, como vigilan, como se defienden de los predadores, entre otras.

Por ejemplo, se descubrió que mientras las maras que habitan en la Patagonia crían de forma comunitaria y se agrupan, las de Quijadas son monógamas y distantes. Esto se debe a que en Península Valdés hay depresiones de vegetación que reciben más agua y el pasto crece, es decir que nunca les falta alimento. En cambio, en Quijadas el alimento no es tan abundante “hay un pasto acá, otro un poco más allá, entonces las maras no pueden estar todas juntas porque les faltaría comida”, explicó el biólogo. “También estudiamos quienes son sus posibles predadores”, agregó.

Esto costo descubrirlo, “tuvimos que caminar horas y horas para identificar las cuevas de las maras, verlas, fotografiarlas (…). Se invierten muchas horas y personas en trabajar en ambientes del seminario, es durísimo: tenés que estar horas caminando transportando agua –y equipamiento- con cerca de 42°C de temperatura, recorriendo kilómetros”, graficó y añadió que el esfuerzo no fue en vano “porque cuando estudiamos una especie lo hacemos en su distribución para después ver como sugerir pautas de manejo” y conservación.

Además, el científico dijo que el Parque las Quijadas, como cualquier Parque Nacional, debe tener un buen plan de manejo sostenido, que conozca su fauna y flora, su biota y se maneje amigablemente las visitas de la sociedad al lugar sin perturbar a las especies presentes. “En el momento de crisis ambiental y socioambiental en el que estamos, toda información se hace especialmente valiosa para hacer circular la palabra y para que los ciudadanos se apropien del conocimiento científico”, consideró Mangione.

En otra arista, el equipo de investigación visitó diferentes escuelas para determinar cómo los jóvenes perciben, conocen y valoran la fauna autóctona, realizando charlas y talleres. “Nuestra conclusión fue que los jóvenes valoran la fauna en general, aún sin conocerla. Vemos que tienen conciencia sobre lo ambiental, pero desconocen particularidades. Conocen más la fauna exótica que la fauna nativa”, concluyó el experto.

Finalmente, cabe destacar que el Parque Sierra de las Quijadas es el único Parque Nacional de San Luis, preserva más de 73 mil hectáreas y fue declarado como tal en 1991. Además, conserva humedales de importancia internacional integrados bajo el Convenio Ramsar de cooperación mundial para el cuidado de los humedales. También es conocido por su riqueza paleontológica, ya que en el parque se han hallado restos de dinosaurios y reptiles voladores prehistóricos. Por otra parte, es refugio de una especie de armadillo en peligro de extinción.

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