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A la cárcel por robar en comercio de ropa

Las cámaras de seguridad del comercio “legacy” lo muestran hurtando 7 pantalones y 7 chombas. Además tenía una condena no cumplida, lo que a

Las cámaras de seguridad del comercio “legacy” lo muestran hurtando 7 pantalones y 7 chombas. Además tenía una condena no cumplida, lo que agravó su situación.

La pareja de delincuentes que entró en el local de “Legacy” distrajo a la vendedora lo más que pudo. Fingió estar interesada en una prenda que, al final, no compró. Pero no se fue con las manos vacías. Aprovechó los breves minutos en que la comerciante atendía a uno de ellos para robarle todas las prendas que pudo. Esos movimientos fueron registrados por una cámara de seguridad y, según las averiguaciones de los policías de la Comisaría 8ª, uno de esos ladrones no es otro que Iván Antonio Salazar. Con esas pruebas, el juez Contravencional y Correccional Santiago Ortiz lo envió a la Penitenciaría.

Lo procesó por “hurto”. Si sobre Salazar no pesaran antecedentes penales, lo más probable es que su destino no hubiera sido la cárcel, pero no es así. El 19 de mayo de 2017 el tribunal Federal de San Luis lo condenó a tres años de prisión en suspenso por “tenencia ilegal de estupefacientes”, lo que le permitía cumplir la sentencia en libertad. Si el hombre de 33 años hubiera respetado las condiciones impuestas por la Justicia su pena estaría cumplida el 5 de diciembre próximo.

Pero, según las presunciones del juez Contravencional y Correccional, Salazar volvió a violar la Ley el 8 de agosto. De acuerdo con las averiguaciones, ese día, a las 19:20, el acusado y una mujer entraron al local que “Legacy” tiene en Pedernera 546, de Villa Mercedes. Llevaban una mochila y unas bolsas.

Una vez dentro, la pareja comenzó a dar vueltas. Salazar, según la reconstrucción que hizo el magistrado, le pidió a Lucía, la empleada del comercio, que le mostrara un buzo oscuro para que se midiera su novia. Luego la mujer entró al vestidor para probarse la prenda.

Lucía notó que la supuesta clienta demoró bastante en el probador, pero después salió y le enseñó a ella y al hombre cómo le quedaba la ropa. Ese preciso instante fue aprovechado por el acusado para tomar varias chombas que había en un estante, las escondió debajo de una campera que llevaba en una mano y después sustrajo algunos pantalones que había en el mostrador. Esos pantalones se los dio a la mujer, antes de que entrara otra vez al vestidor y, una vez dentro, ella guardó el botín en su mochila.

Ese faltante fue advertido al día siguiente por Raquel, la encargada del local, cuando hizo el recuento de las ventas y notó que habían desaparecido siete remeras manga larga y siete pantalones, marca Legacy. Revisó las grabaciones de la cámara de seguridad del negocio y halló la explicación. De inmediato hizo la denuncia.

“Con personal idóneo examinamos las filmaciones y comenzamos una investigación, cuyos datos nos arrojaron que uno de los posibles autores del robo viviría en la ciudad de San Luis”, relató el subcomisario Pedro Alaniz, jefe de la seccional que intervino en el caso.

Les solicitaron apoyo a sus pares de San Luis, del Departamento de Investigaciones. Sus colegas les aportaron un par de datos más que corroboraron sus sospechas y así, con la autorización del juez, una comisión de cuatro policías viajó a la capital puntana, explicó Alaniz.

Con la colaboración de los efectivos de la Comisaría 4ª y de Investigaciones de la Unidad Regional 1, el martes, a la siesta, el personal de la Seccional 8ª allanó la casa del barrio 1° de Mayo donde vive Salazar. No hallaron ninguna de las prendas que fueron sustraídas de “Legacy”, pero sí secuestraron ropa que podría tener vinculación con el robo.
Según aclaró Alaniz no suele ser fácil recuperar los botines en estos casos, porque es de lo primero que se deshacen los delincuentes, conocidos en el ambiente policial como “mecheros”. “Ellos apenas sustraen los elementos los negocian, los venden”, dijo. No obstante adelantó que trabajan en la ubicación de la “mechera” que falta.

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