La crisis económica que afecta al país no se quiso quedar afuera y también se dio una vuelta por la Feria Nacional del Libro de Villa Mercedes. Con su mano arrasadora, se metió entre los puestos de la carpa de editoriales y logró que los lectores tuvieran que sacar cuentas y buscar precios antes de comprar. Los libreros, por su parte, lanzaron promociones y descuentos especiales para estimular las ventas en el cierre de la fiesta literaria.

"Nunca van a perder su magia, pero hoy valen una fortuna", dijo sin vueltas Claudio Migoni, un mendocino que llegó hasta suelo mercedino exclusivamente para disfrutar de la muestra. "Me traje el dinero que podía gastar para comprar los libros que quería", contó y reveló que tuvo que invertir más de mil pesos en un ejemplar para él y dos más para sus hijos.

La estrategia de establecer un presupuesto máximo para hacer las compras fue una de las más usadas por los clientes que recorrieron los pasillos en busca de obtener los valores más accesibles. "Elegimos moviéndonos en el rango de entre $350 y $500, o buscando las promos para llevar dos por uno. Por eso vinimos el último día, cuando suelen hacer descuentos", reveló Albana Argüello, una joven lectora de la ciudad.

Es que como sucede al final de cada edición, las librerías y sellos editoriales propusieron ofertas y combos para liquidar sus stocks. Aunque en esta ocasión, con una devaluación a cuestas, fue el momento más esperado por los compradores.

"La gente pasa, consulta precios y lo piensa mucho. No es que los libros estén por las nubes, sino que han tenido variaciones al igual que otros productos. Lo que sucede es que algunas editoriales usan diferentes criterios para poner los precios. Hay algunas que se vienen cubriendo de antemano y con esta crisis aumentaron solo un 10%, mientras que otras subieron sus listas hasta un 40%", explicó Natalia González, de la tienda local Los Libros del Fenicio.

La comerciante admitió que ya desde el año pasado empezaron a notar una merma en las ventas, no solo en la feria, sino en el día a día en su librería. "Tratamos de hacerle ver a las personas que hay que cambiar la forma de pensar al libro como un gasto y verlo como una inversión. Porque es un objeto que queda en la casa, que se comparte, y que bien cuidado va a durar mínimo dos generaciones", motivó.

La industria editorial también ha sentido el impacto de la escalada del dólar de las últimas semanas. "Es asombroso cómo ha subido el papel en estos últimos meses. Hacemos magia para no trasladar los aumentos de las papeleras de forma tan brusca a los autores que quieran publicar", explicó Ramiro Silber, del sello bonaerense El Mono Armado. Al igual que otras firmas, aseguró que trataron de no elevar sus precios para que el público mercedino pudiera acceder a sus títulos de ficción. Así, ofrecieron algunos ejemplares a $120 o $150, que fueron de los más baratos de toda la exposición.

Walter Marini, de la editorial Sudestada, coincidió en que los costos de impresión se han disparado, pero que han hecho un esfuerzo para que no lleguen de forma tan cruda al bolsillo del lector. De esa forma, concluyó en  que las ventas "estuvieron bien, pero porque hacemos promociones constantemente para que el material se difunda".

Natalia Ayale, de "Hola chicos", reconoció que el día de ayer fue el de mayor clientela desde el jueves, aunque notó mucha especulación a la hora de elegir algún ejemplar. "La mayoría se termina llevando los cuentos más chiquitos", dijo.

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