Extorsión a un sacerdote de Villa Mercedes
El chantajista amenazó al cura de Villa Mercedes con publicar material “comprometedor” de su intimidad.
El mensaje era concreto, sin rodeos. “Tengo fotos y videos que te van a comprometer… Si vos no me pagás seis cuotas de 25 mil pesos, yo te los viralizo y te escracho”. Con ese mensaje de WhatsApp, un joven extorsionó a Gustavo Méndez, sacerdote de la iglesia Nuestra Señora del Carmen y capellán policial. Por unas horas, seguramente creyó que sus amenazas habían surtido el efecto que esperaba en el religioso, pero no fue así. Se reunió con el cura en la iglesia del centro de Villa Mercedes para retirar el pago por ese chantaje, y a la salida del templo lo esperaban los policías del Departamento de Investigaciones. Los detuvieron a él y a los dos amigos que lo acompañaban.
Eso sucedió el jueves a la noche, pero todo trascendió este fin de semana. Los tres están imputados por extorsión y a disposición del juez instructor Leandro Estrada. Sus identidades no trascendieron, pero una fuente allegada a la investigación confirmó que tienen entre 23 y 29 años.
Cuando el magistrado los indagó por ese delito el presunto extorsionador se abstuvo de declarar, pero sus amigos sí hablaron. Dijeron, en resumen, que el otro chico, a quien conocen desde la infancia, les había pedido que lo acompañaran hasta la iglesia. Y aunque aceptaron ir con él, no tenían idea a qué iba. Es más, uno de ellos aseguró no saber quién es Méndez y el otro comentó que lo tenía visto por alguna de las tantas misas que ha dado en la ciudad.
En la semana, un día y en un horario que todavía no fueron fijados, el sacerdote irá al juzgado para declarar ante el juez lo que ya denunció ante la Policía. Lo que probablemente dirá, entonces, es que el jueves a las seis de la mañana recibió ese primer mensaje extorsivo.
El joven que se lo envió es alguien que conoce desde hace unos siete años, detalló el informante. Lo conoce porque trabaja en el hogar de ancianos “Santa Teresita” y porque todos los días, a cierta hora, iba hasta su casa y lo ayudaba con su rutina de ejercicios, como lo haría un personal trainer, aunque el sospechoso no es profesor de educación física.
Una vez que le lanzó esa advertencia, Méndez continuó la conversación. En ese diálogo, el religioso quedó en pagarle la primera de esas cuotas de 25 mil pesos, esa misma noche, en la iglesia donde celebra las misas. Pero, cerca de las dos de la tarde, asentó la denuncia en la Policía.
Los efectivos de Investigaciones le informaron al juez en turno lo que acababa de denunciar el cura y Estrada dio el visto bueno para que cuando el supuesto chantajista fuera a retirar el dinero, lo arrestaran.
El jueves, a la hora pactada, el sospechoso llegó hasta la iglesia. Fue con sus amigos, en dos motos. Entró al templo. Ahí lo esperaba Méndez. El sacerdote le entregó una bolsa y, sin mirar lo que contenía, la tomó.
Pensó que ahí estaban los primeros 25 mil pesos que había exigido. Pero se equivocó. En la bolsa sólo había 200 pesos y papeles sueltos. Cuando quiso irse, los efectivos de Investigaciones lo detuvieron. En la requisa que le hicieron le hallaron una navaja.
Aunque el mensaje hablaba también de videos, con lo que en verdad habría sido amenazado Méndez fue con unas fotos. Según esa versión, ese material, en realidad, no tiene nada de comprometedor. Pues en las imágenes se lo ve “al cura, en pantalón corto, haciendo gimnasia con una pesa o una mancuerna, en un lugar en el que, además, hay otras personas”, reveló otra fuente.
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