A la cárcel, por intentar robarle a una mujer
Hace un mes, el joven había sido procesado por sustraerle el celular, la cartera y la moto a otra víctima.
Hace un mes, el joven había sido procesado por sustraerle el celular, la cartera y la moto a otra víctima.
Rodrigo Daniel Valdez estaba advertido. El 21 de setiembre el juez Alfredo Cuello, el mismo que esta semana debía definir si lo procesaba por un intento de robo, lo había procesado por otro hecho similar. El joven debió saber, entonces, que si volvía a las andanzas ningún abogado podría salvarlo de la cárcel. Y así fue. Lo procesaron y lo enviaron a la Penitenciaría de San Luis por tratar de asaltar a una mujer, cerca del barrio Ate de Villa Mercedes.
De hecho ese reciente antecedente fue el que, en gran parte, le valió la prisión preventiva. En un pasaje de su resolución, donde debe argumentar los motivos del envío al penal, el magistrado lo recuerda. “No es posible obviar que apenas menos de un mes, en otra causa por robo, que este mismo juzgado tramita, se ordenó el procesamiento de Valdez, como presunto autor de robo calificado por el uso de arma impropia y se dispuso su libertad, priorizando y respetando las garantías constitucionales gozadas”, remarcó.
En esa primera oportunidad, el joven de 18 años fue incluso más lejos: le robó el celular, la cartera y la moto a una mujer. Pero el hecho de no contar con antecedentes le jugó a favor aquella vez.
Valdez fue detenido por segunda vez el lunes 8 de octubre. Cayó en manos de un hombre que le hizo frente y se trabó en lucha con él cuando trató de asaltar a Ana Emilia Muñoz, en la esquina de Pringles y Felipe Vinuesa.
Todo empezó los primeros minutos de ese día. La mujer de 30 años acababa de salir de su trabajo y regresaba a su casa en su bicicleta, por Pringles. A metros de llegar al cruce con Vinuesa notó que tenía compañía: un chico en una moto. Antes de que pudiera empezar a sospechar, el motociclista se le fue encima.
Ana subió a la vereda con su playera, pero el delincuente la siguió. La mujer comenzó a desesperarse. Pero en eso se topó de frente con una pareja, que caminaba por la vereda, y a los gritos empezó a pedir ayuda. La pareja se la dio.
Cuando el “motochorro” trató de manotearle la cartera, el hombre que venía con la otra mujer actuó. “No se metan, que tengo un fierro”, los amenazó el ladrón.
El peatón se fue a las manos con quien después fue identificado como Valdez. Cayeron al suelo. En la pelea, antes de que el hombre pudiera reducir al atacante, se fracturó un dedo de una mano.
Cuando logró sujetar al delincuente, un vecino, que había escuchado los gritos de la víctima, llamó a la Policía. En cuestión de minutos, los efectivos llegaron y arrestaron a Valdez. En la requisa le encontraron un cuchillo de carnicero. Lo llevaba, oculto, en la cintura.
Todos, sobre todo el peatón con el que luchó, se quedaron impresionados por el empeño del ladrón. Pues Valdez tiene amputada la pierna izquierda, debajo de la rodilla, lo que lo ponía en inferioridad de condiciones.
Esa particularidad física del ahora recluso de la Penitenciaría puntana les permitió a los policías deducir, casi en cuestión de minutos, que no se trataba de otro que de Rodrigo Valdez, a quien habían detenido no hacía mucho, el 9 de setiembre, por un robo similar.
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