Encabezadas por las integrantes de dos fundaciones, caminaron desde la plaza San Martín hasta la de la Salud, para alertar sobre el cáncer de mama y la importancia de la prevención.

"Ésta es la culminación de un mes entero de actividades, donde nos unimos para que las mujeres tomen conciencia que prevenir es curar", definió Cristina Bazla, presidenta de Lalcec, antes de emprender la marcha. Según las estadísticas, completó, si la patología es detectada a tiempo "tiene un 90% de probabilidades de ser sanada. Lamentablemente en la ciudad estamos atrasados en eso, por eso hacemos hincapié en que no hay que tener miedo, hay que ir al médico y hacerse la mamografía".

Por su parte, Carolina Sosa, presidenta de FIDI, alentó a las personas de su género a "tomar  conciencia para no llegar tarde", y sostuvo: "Tenemos que incorporar los controles a nuestra rutina cuando inicia cada año, conocer nuestro cuerpo y tocarnos para que no nos toquen".

Veinte minutos antes de las 17, la marea rosa se puso en movimiento con un gesto elocuente. A lo ancho de la avenida Mitre extendieron una gran banda de papel y a la cuenta de tres, el centenar de personas la atravesó, como una metáfora de la necesidad de romper miedos y derribar tabúes.

"Yo creo que tomar conciencia de esta enfermedad también es cosa de hombres. Si bien lo sufre más la mujer, cuando ocurre involucra a todo el ámbito familiar, por eso creo que el secreto está en la prevención", dijo Enrique Casciola, uno de los pocos varones que se sumaron a la caminata, que no superaron la decena. Junto a su esposa, Patricia Gimeno, aprovecharon la ocasión para hacer un poco de deporte. "Vinimos a pie desde el centro para ya ir calentando, porque también nos pareció una muy buena propuesta para hacer algo de actividad física", expresó.

Al ritmo de música bailable y haciendo palmas, recorrieron las catorce cuadras que hay hasta la plaza de la Salud, siempre sobre el asfalto de Mitre. La mayoría vistió ropa deportiva y llevó botellas de agua para apaciguar la sed. Una vez que llegaron al espacio verde, disfrutaron de una larga fila de stands de emprendedores que ofrecieron sus productos, y luego tuvieron una clase abierta de zumba al aire libre.

Para inscribirse a la caminata, los interesados sólo tuvieron que llevar alimentos no perecederos, con los que luego Lalcec armará bolsones para donar a los pacientes oncológicos que lo necesiten.

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