Alerta: La resistencia a antibióticos causará 2,4 millones de muertes hasta 2050
Es un informe de la OCDE para Europa, América del Norte y Australia. En Argentina, la evolución es preocupante.
Es un informe de la OCDE para Europa, América del Norte y Australia. En Argentina, la evolución es preocupante.
Un día después, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) informó que este fenómeno podría causar 2,4 millones de muertes en los países de Europa, América del Norte y Australia hasta 2050 y costar 3.500 millones de dólares anuales a sus economías.
El nivel de resistencia de ocho combinaciones de bacterias y antibióticos de alta prioridad pasó en los países de la OCDE del 14% en 2005 al 17% en 2015, con una gran brecha entre Turquía, Corea del Sur y Grecia, que se sitúan en torno al 35%.
Todavía más preocupante fue y se augura la evolución en países de ingresos medios y bajos. El informe indica que en Argentina, Brasil y Colombia se superó el 30% en 2015; en China, Rusia y Rumania el 40%, y en India alcanzó el 57%.
Un "mapa de tasas de prevalencia de resistencia antimicrobiana" publicado por la OCDE precisa que, en el caso de Argentina, el nivel era del 18,4% en 2005 y pasó a ser del 31,6% en 2015.
El nuevo estudio lanza un mensaje de alerta y presenta medidas. Los autores advierten de que, sin esa estrategia de respuesta, la capacidad de las bacterias para resistir a los antimicrobianos será un problema cada vez más grave, con elevadas tasas de mortalidad por esa causa.
En particular, en algunos países del sur de Europa como Italia (18,17 fallecimientos anuales por 100.000 habitantes), Grecia (14,79), Portugal (11,34) y Francia (8,61), pero también en Estados Unidos (8,98).
En el conjunto de la organización, casi una de cada cinco infecciones es consecuencia de las bacterias resistentes a los antibióticos, algo que los autores del trabajo culpan a "medio siglo de prescripción excesiva de estos fármacos".
Más allá del riesgo vital, esta resistencia bacteriana tiene "un impacto importante sobre la calidad de vida de las personas" que son víctimas, con dos poblaciones particularmente vulnerables: los niños de hasta 12 meses y los mayores de 70 años.
El costo por las complicaciones se estima en 3.500 millones de dólares anuales en los países de la OCDE y de la Unión Europea, lo que equivale al 10% de los gastos en atención sanitaria por enfermedades transmisibles (2,4 dólares por cabeza).
La estrategia
La OCDE asegura que esta dinámica se podría atajar dedicando sólo unos dos dólares por persona para una estrategia en cinco frentes:
1) Mejorar la higiene en los centros sanitarios, entre otras cosas fomentando el lavado de manos.
2) Promover un uso más racional de los antibióticos, para "poner fin a décadas de prescripción excesiva".
3) Utilizar pruebas de diagnóstico rápido, para determinar si una infección es bacteriana o vírica.
4) Hacer la llamada "prescripción diferida", una pauta de administración que puede disminuir el uso no justificado de medicamentos.
5) Lanzar campañas de sensibilización pública.
Gracias a estas medidas, según la OCDE, se podrían evitar hasta 1,6 millones de muertes -dos tercios de las motivadas por esta resistencia- y disminuir en alrededor del 40% la carga sanitaria por complicaciones.
En términos financieros, la inversión en estas medidas se podría amortizar en un solo año y en adelante generaría un ahorro de unos 1,5 dólares por cada dólar invertido porque la prescripción diferida de antibióticos o lavarse las manos es rentable inmediatamente.
En definitiva, el ahorro anual en la sanidad de la OCDE sería de 4.800 millones de dólares, superior incluso a los posibles gastos por la resistencia bacteriana, porque esas medidas tienen un impacto positivo también sobre otro tipo de enfermedades.
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