Salud

Lo normativo: Es hora de comenzar a "deconstruir"

Lo normativo establece qué es el “normal”, nos muestra un único modelo posible que se impone como absoluto e incuestionable.


Escribí este texto motivada por una entrevista que tuve con una consultante mujer, de unos 50 años, que llegó al consultorio con una musculosa (afuera hacia 40 grados de sensación térmica), y mientras tomaba un vaso de agua para recuperarse un poco del calor, me pedía disculpas por su atuendo. Me dijo con toda naturalidad y esperando tal vez mi aval, que ya no tenía edad para usar musculosas y dejar ver sus brazos, que eso había que dejárselo a “las chicas jóvenes”. Ella había aprendido desde muy pequeña que sólo las mujeres jóvenes y flacas tenían derecho a usar pantalones cortos y musculosas. Su padre le decía que las gordas y las mujeres grandes debían taparse para no molestar a los demás con sus cuerpos (que no se ajustaban al imperativo de belleza impuesto). Fue entonces cuando empezamos el trabajo de deconstrucción.

Los imperativos socioculturales nos dicen:

- Si sos hombre o mujer, blanco* (preferentemente rubio y de ojos claros -no excluyente-) heterosexual, clase media, con estudios formales, delgado, sin ninguna discapacidad física y/o intelectual, deportista, JÓVEN, nacido en la región… sos normal; podés: sentirte bien con tu cuerpo y mostrarlo (siempre y cuando mujeres estén depiladas sus piernas, axilas, cejas, -brazos recomendado, pero no excluyente-); podés tener una pareja y expresar su amor públicamente.

En cambio:

- Si estás dentro del 99,9% de la población que no cumple esos criterios debés sentirte disconforme con tu cuerpo, esconderlo lo más que puedas para no molestar a los demás, si estás “gordito” hacer dietas estrictas y privarte de los placeres de las bebidas y comidas que te gustan (¡dale que se viene el verano, fíjate cómo vas a bajar esos “kilitos de más”!). Si tenés una prótesis, una discapacidad física, escondete, tapate, no salgas, NO MOLESTES. Si no sos heterosexual y/o tu identidad de género no condice con tu sexo biológico, trata de que no se note tanto, no demuestres tu amor en la calle o en las redes, mantenete en la oscuridad, no hagas ruido, NO MOLESTES. Si naciste en otro país u otra provincia, sos un huésped, no tenés los mismos derechos, “¿hasta cuándo te vas a quedar?”.

-Si estás dentro del 99,9% de las personas que no cumplen con esos criterios, serás observado, juzgado, humillado, estigmatizado, condenado socialmente, ridiculizado.

-Si estás dentro de ese 99,9% de las personas que no cumplen con esos criterios, no merecés respeto, no tenés derecho a un trato humanizado.

*nótese que no usan lenguaje inclusivo.
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Ahora bien, reflexionando al respecto:

Lo normativo establece qué es el “normal”, nos muestra un único modelo posible que se impone como absoluto e incuestionable. Paradójicamente a lo que se entiende por norma, (promedio estadístico que indica lo más común usual o frecuente) en la realidad, aparece la variación en lo esperado, como lo más común, es decir, prima la disidencia.

- La palabra hombre se destaca en negrita, porque vivimos en un sistema patriarcal.

- Uno de los valores más imperantes en la sociedad actual es la juventud, considerada un tesoro invaluable, que encuentra su mejor aliado en el capitalismo. Hay que pagar para verse joven, las cremas “anti age” ya vienen desde los 25 años; desde púberes a las niñas se les enseña a “invertir” en su estética corporal, comprando cosméticos para “verse más lindas”; las mujeres y otres* debemos gastar dinero constantemente en cremas depilatorias, cera, peluquería, maquillaje, etc. etc.

- Las mujeres y otros/as cuerpos/as feminizados/as podemos decidir qué ropa ponernos, sin importar nuestra edad, pelos, cicatrices, estrías, celulitis, grasa. Y tenemos el derecho a ser respetades. Nadie puede opinar sobre
nuestros/as cuerpos/as, ni para denigrarnos ni para acosarnos con “piropos” violentos que no pedimos. Los/as
cuerpos/as, principalmente los pechos, que no molestan, son aquellos que pueden comercializarse, que cumplen
con los requisitos del mercado.

- Los esfuerzos que realizan las personas para alcanzar el modelo de belleza, pueden llevar a trastornos alimentarios, autoestima baja, depresión, aislamiento social, precarias habilidades sociales, suicidio.

* yo sí uso lenguaje inclusivo 

                                        
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