“La falta está desde el inicio en la celebración del contrato, hay publicidad engañosa, la información no es clara, no es veraz, las cuotas no están especificadas de qué es lo que se paga. Desde la base está mal hecho; sumado a la inflación y el pico del dólar, tuvimos a una corrida en el valor de las cuotas”, explicó Romina Ríos, responsable de la ONG.

Las cuotas de los planes de ahorro están “atadas siempre al valor móvil del vehículo; por lo tanto si aumenta el vehículo, aumenta la cuota”, especificó Ríos.

El movimiento de la economía del país hace que haya “variaciones muy abruptas” en los valores de las cuotas “que a veces se justifican y a veces no”, agregó. En este sentido, remarcó que las automotrices no tienen regulación de precios, por lo que pueden fijar los valores con total libertad.

Los planes de ahorro, en general, pertenecen a las mismas fábricas transformadas en sociedades anónimas con nombres de fantasía. “Son dos caras de la misma moneda”, graficó la integrante de Protectora.

Ríos explicó que las administradoras de los planes de ahorro (las SA creadas para ese fin por los fabricantes) deben comunicar a los clientes con tiempo el aumento de los valores de las cuotas. “Si es más de un 20 por ciento, tiene que ser por Carta Documento o Acta Notarial, si es menos, debe especificarlo en el talón de pago”, informó.

Una vez que cuenta con la información, el cliente tiene la opción de cancelar la totalidad del plan al valor anterior a la suba, o renunciar o venderlo.