Un muchacho de 18 años se salvó de que vecinos de la localidad sureña de Unión lo lincharan en la comisaría del pueblo, cuando se enteraron de que había violado y golpeado a una nena de 12 años que tiempo atrás había sido su pareja.

Solo la mediación de la Policía logró calmar los ánimos y poner a salvo al abusador, identificado como Marcos Fernández, que ayer fue trasladado a Villa Mercedes, para ser indagado por el juez de instrucción Penal 1, Alfredo Cuello.

La víctima también fue trasladada a Villa Mercedes, 226 kilómetros al norte de Unión, para que recibiera atención médica especializada, le confirmó a El Diario la jefa de la Unidad Regional IV de Policía, comisario inspector Mariela Torres.

Aunque la concentración de antenoche frente a la comisaría se disipó en forma pacífica, la indignación del vecindario no se apagó. Anoche se aprestaban a realizar una marcha en reclamo de justicia por la niña abusada, dijo un vecino.

Ambos protagonistas de la historia, la víctima y el victimario, son vecinos de la zona urbana de la localidad ubicada a 318 kilómetros al sur de la ciudad de San Luis. Y según admitió la propia madre de la nena, en la denuncia que hizo el domingo en la Comisaría 21ª de Unión, antes habían sido pareja y habían convivido, por lo menos seis meses, en la casa de ella, con su consentimiento, informó ayer la jefa de la regional policial del sur.

Aunque no se sabe si la madre lo admitió en forma expresa, se da por descontado que en ese lapso la nena y el joven tuvieron relaciones sexuales.

Hace poco, la relación se interrumpió. Y el acusado se fue de la casa de su suegra. Un vecino del pueblo comentó que Fernández vive con una hermana y otros hermanos en la casa que supo ser de su madre. Pero otras fuentes señalan que no tiene un domicilio fijo, ya que periódicamente cambia de casa. Suele alojarse, a veces, en lo de algunos amigos.

El último abuso ocurrió la madrugada del domingo, según la denuncia de su madre.

El sábado a la noche, la niña de 12 años fue a bailar al boliche “Marrakesh Disco”. Allí se encontró con su ex novio. “Dentro del boliche han estado juntos, pero al parecer no reanudaron la relación, ni tampoco ha habido agresión de parte de él hacia ella allí dentro”, dijo la comisario inspector Torres, basándose en la exposición de la madre.

La nena y Fernández salieron juntos de la discoteca. “No hay testigos de ese momento. La menor dice que la llevó contra su voluntad, caminando, a unos tres kilómetros aproximadamente, hacia la calle del cementerio”, señaló Torres.

Y detalló que la necrópolis “está fuera del pueblo, cruzando la ruta nacional 188, por un camino que va hacia el noroeste”. En esa zona, el muchacho la introdujo en el monte, en cercanías del cementerio. Y la violó. No se sabe en qué momento, Fernández golpeó a la chica. “Le causó lesiones graves en casi todo el cuerpo”, detalló la mujer policía.

Después de consumada la violación, muerta de miedo, la nena apeló a un engaño para convencer al muchacho de que la acompañara hasta su casa. Le dijo que su madre no estaba y que allí podrían estar solos. Volvieron en dirección al pueblo.

Cuando llegaron, la víctima “comenzó a gritar y así alertó a su madre”, según un informe de prensa del Ministerio de Seguridad.

El agresor escapó. A esa altura, ya eran cerca de las nueve de la mañana, según la Policía. La nena no le contó toda la verdad a su mamá, al principio. Al parecer no le confió quién había sido el agresor, ni que había sufrido violación, sino que solamente se refirió a la golpiza, que era evidente.

La comisario inspector Torres contó que “recién una vez que estaban en Villa Mercedes le contó todo a la madre. En primera instancia ni siquiera le dijo que había sido abusada, sino que fue trasladada por la cantidad de golpes y lesiones que tenía”.

Cuando la nena dijo que el agresor había sido Fernández, la Policía lo demoró. Y una vez que los médicos confirmaron la violación, el juez Cuello ordenó que quedara detenido.

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