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Detuvieron al nieto de la mujer asesinada y calcinada junto a su hijo en paraje "La Cordobesa"

Claudio Bohorquez, de 23 años y domiciliado en Río Cuarto, es el principal sospechoso. Las víctimas recibieron primero un disparo


Claudio Bohorquez, de 23 años y domiciliado en Río Cuarto, es el principal sospechoso. Las víctimas recibieron primero un disparo.

Mirta Reich y su hijo Alexander Aime fueron ultimados de un disparo en la cabeza y luego incinerados, según los datos preliminares que arrojó la autopsia realizada a sus cuerpos, mientras que el nieto de la mujer está detenido por el doble crimen que conmociona a Juan Llerena y a Río Cuarto.

Claudio Nahuel Bohorquez, de 23 años y con domicilio en nuestra ciudad, es el principal sospechoso para los investigadores, por lo que el juez de Instrucción Criminal de Segunda de Villa Mercedes, Leandro Estrada, dispuso su detención.

Bohorquez trabajaba en la estancia “La Esperanza”, donde se produjo el doble homicidio en la noche del martes y fue la última persona que estuvo con su abuela de 70 años y con su tío de 45.

El muchacho llegó hasta la casa de su madre, en Garibaldi al 800, con la camioneta Toyota Hilux de color gris de Aime y el argumento de que se había escapado de un hecho de robo en el establecimiento rural ubicado en el paraje La Cordobesa, entre Juan Llerena y San José del Morro, en la vecina provincia de San Luis.

Bohorquez fue imputado del supuesto delito de doble homicidio calificado. Se encuentra detenido en la alcaidía de la Unidad Departamental de Río Cuarto y sería  trasladado mañana a Villa Mercedes, adelantaron fuentes consultadas del Juzgado que lleva adelante la investigación.

Se estima que el sábado podría ser indagado por el juez Estrada.

También fue secuestrada la camioneta de las víctimas para ser peritada por el personal especializado de la Policía de San Luis.

El móvil del doble homicidio es una de las piezas del rompecabezas que por estas horas trata de resolver el juez Estrada y podría descifrarse cuando sea indagado el imputado.

El sospechoso, tras matar a su abuela y a su tío, tomó la Toyota Hilux y viajó los 145 kilómetros que separan al campo de la casa materna de calle Garibaldi al 800, en Río Cuarto. Le dijo a la mujer que había escuchado disparos en la estancia y que, aterrado, había escapado del lugar con la camioneta de Aime.

Su relato fue poco convincente para los policías, por lo que fue demorado, mientras avanzaba la investigación del espeluznante doble crimen.

En esos momentos también se “quebró” y habría admitido ser el autor del hecho.

Los primeros datos de la autopsia determinaron que Reich y su hijo fueron asesinados de al menos un impacto de bala en la cabeza para luego iniciar el incendio de la casa principal, donde había sido ultimada la abuela. 

En cambio, Aime fue asesinado cerca de dos galpones que tiene el casco de la estancia, a unos 50 metros de la vivienda principal. En el lugar fue encontrado el cuerpo al lado de un neumático incendiado.

El homicida utilizó un combustible para activar el incendio, con el propósito de eliminar las huellas. No se encontró y tampoco se pudo determinar el arma de fuego utilizada en el trágico desenlace.

Los cuerpos incinerados fueron analizados en la morgue judicial y se encontraron algunas esquirlas y vestigios de proyectiles en la zona del cráneo.

“Familiares que viven a escasos kilómetros del lugar del crimen y vecinos del campo nos comentaron que la mujer y su hijo eran ermitaños, que tenían poco o nulo contacto”, precisó uno de los investigadores.

Este es otro elemento complejo para tratar de establecer el móvil del doble asesinato.

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