Uno siempre recuerda a sus abuelos, la casa donde vivían y se reunían todos cada domingo y durante las fiestas. El olor que desprendía de su ropa y de su pelo, una combinación de perfume, colonia y jabón.

El sabor de la comida, las salsa que nunca faltaba y los frijoles que solo sabía hacer la abuela. El arroz con leche y los polvorones que hacían en las fechas especiales. Esos recuerdos que ahora nos hacen sentir que un día tuvimos todo y fuimos tan felices cerca de esos viejitos que nos consentían a manos llenas.

De acuerdo con el profesor Buchanan de la Universidad de Oxford, crecer con los abuelos nos da una seguridad extra a la que tenemos con nuestros padres, después de todo si algo saliera mal, ellos no dudarían en cuidar y estár ahí. Es por eso que realizó un estudio en Inglaterra sobre su impacto en la vida de los niños.

Las experiencias con sus abuelos de más de 1600 niños entre 11 y 16 años comprobaron que crecer cerca de ellos y tener una relación estrecha con ellos no solo los hizo más felices, fueron amortiguadores para aquellos que vivieron alguna situación difícil como un divorcio. De acuerdo con los investigadores de la Universidad de Oxford, los abuelos ofrecen una seguridad emocional importante y un gran impacto en el bienestar de los niños. 

En Inglaterra el rol de los abuelos ha tomado mucho más peso en la vida de los niños, pues son ellos quienes los cuidan mientras los papás están trabajando. En México no es diferente, muchas abuelas se hacen cargo de los nietos y muchas familias aún siguen unidas y compartiendo la mesa a diaro con ellos. 

Los abuelos presentes no solo dan felicidad a los niños, aportan seguridad y estabilidad, es por eso que es muy importante vivir cerca de ellos.