Cuando a principio de 2011 el Instituto Mater Dei inauguró la iglesia y el convento Nuestra Señora de Las Mercedes, en Miguel B. Pastor y Concejal Vinuesa, creían que habían elegido un lugar retirado y silencioso, que cumplía con uno de los propósitos de la congregación: el estudio, la contemplación y la oración.

Pero en los últimos años, ese sector del barrio Tres Esquinas se fue poblando y, consecuentemente, el tránsito de vehículos se hizo cada vez más fluido. Incluso, la calle Miguel B. Pastor se convirtió en una vía alternativa de acceso para los barrios de la zona sur este.

El crecimiento en la zona, unido a la falta de cumplimiento de las normas elementales de convivencia, y en especial de la ordenanza que prohíbe los ruidos molestos, irrumpió con el silencio y la tranquilidad que reinaba en los alrededores del convento.

“La calle Miguel B. Pastor se ha convertido en una arteria con mucha circulación de todo tipo de vehículos, algunos de los cuales atentan contra el silencio como son las motos y autos con escapes libres o con música que sale al exterior; bocinas, etc. Cada vez son más los vecinos que escuchan música con volúmenes muy altos, ya sea por recreación o por trabajo (p. ej. Un gimnasio)”, dice un párrafo de la nota que presentó la hermana superior del Convento ante la Municipalidad el 11 de febrero pasado.

En la nota, a hermana María de las Mercedes, superiora local, expone una de las frases del Instituto Mater Dei: «Para poder dedicarse a la oración con generosidad, las Hermanas necesitan del silencio de todo su ser, con zonas de silencio efectivo y disciplina personal”.

También cita a San Juan Pablo II: «En una civilización cada vez más sonora, móvil y locuaz, las zonas de silencio y de descanso se convierten en una necesidad vital. Los monasterios tienen hoy más que nunca la vocación de ser lugares de paz y de interioridad».

Pero, además, menciona la ordenanza aprobada por el Concejo Deliberante sobre ruidos molestos, y alude a la presencia, a pocos metros del convento, del Cementerio Municipal “lugar de oración y silencio”.

Por esas razones, la autoridad del Instituto pide que ese sector sea declarado «zona religiosa», en el cual “estén prohibidos los ruidos molestos y sean sancionados según corresponda”.

La misma nota fue enviada el 18 de febrero al Concejo Deliberante, que este martes aprobaría una comunicación al respecto.

“El convento pide que se declare a la manzana «zona religiosa» por los ruidos, pero ya existe una ordenanza sobre ruidos molestos para toda la ciudad, no solo para la manzana del convento. Por lo que pedimos informes sobre controles en toda la ciudad”, comentó a este medio el concejal Pablo Muract.

Por eso, los concejales pedirán a la Municipalidad un informe sobre los controles que se han realizado para dar cumplimiento a la Ordenanza N° 0978-o/95 y que los mismos se intensifiquen “en toda la ciudad para la sana convivencia de nuestros vecinos”.