FaceApp es la aplicación del momento a través de la cual se pueden hacer retratos avejentados con tan sólo subir una foto.

Estas imágenes trucadas se volvieron virales en todo el mundo. Hasta los famosos que tanto le escapan a la vejez se animaron a usarla y compartir el resultado, como por ejemplo Lali Espósito, Marcelo Tineli, Jonas Brothers y David Bisbal.

Hasta aquí todo muy divertido pero, ¿qué hace la empresa responsable de FaceApp con las imágenes obtenidas?¿Las comparte? ¿Con quiénes? Nada de eso está claro.

Lo que se sabe es que la aplicación fue creada por el ruso Yaroslav Goncharov y que Wireless Lab utiliza inteligencia artificial para modificar las imágenes para hacer ver a las personas con diversas características.

Además de parecer mayor, también tiene los retoques para que la persona en la imagen se vea más joven, como una mujer, como un hombre, más “guapo”, etc…

Sin embargo, la gran pregunta sigue siendo qué hacen con todos esos datos biométricos.

Expertos en seguridad advierten que puede pasar cualquier cosa ya que quien usa la app estás permitiendo que esta comparta su información con todas las empresas y aplicaciones con las que está relacionada.

Ahora si FaceApp se vendiera a otra compañía como Google, Facebook o cualquier agencia de seguridad del mundo, estas tendrían acceso completo a toda la información de la persona que figura en la imagen. Fotos, nombre, redes sociales, etc… y además podrían utilizar las transformaciones para el reconocimiento facial.

Entonces, ¿cómo evitarlo? Según David Vaile, el director de la Fundación de Privacidad Australiana, la única solución es dejar de utilizarla.

Vaile afirma que esta aplicación nos hace más vulnerables considerando que el rostro está cobrando la misma importancia que el DNI o el número de la seguridad social y que claro está, no los compartimos con cualquiera.

Precedente

Hace unos meses ocurrió algo similar con el 10 Year Challenge. En ese entonces, la experta Kate O’Neill lanzó advertencias similares, y nuevamente señalaban a gigantes como Instagram de ser responsables de querer recabar datos biométricos.

Aquel reto viral consistía en publicar una foto actual y una de hace una década para ver cómo habíamos cambiado. A partir de eso se advirtió que esas imágenes podían ser utilizadas para el desarrollo de la tecnología de reconocimiento facial.

Quizás sea momento de seguir los consejos de Kate O’Neill y evitar el uso de este tipo de tecnología con el fin de proteger nuestra privacidad.

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