Asegura que hay registros de cámaras y llamadas a la Policía que desmienten la denuncia.

Hay registros de cinco o seis llamados que el conserje hizo al 911 dado que los chicos habían entrado al hotel a robar toallas y prendas de la lavandería ubicada en el tercer piso.
También con las cámaras de seguridad quedó probado cómo habían ingresado los niños al edificio sin autorización y la no concurrencia policial ante esos llamados”, detalló Guillermo Strazza, abogado del empleado denunciado por abusar de un menor el 9 de diciembre en el Hotel San Luis, ubicado en la avenida Illia de la capital.

El hecho causó un gran revuelo en las afueras del hospedaje luego de que un huésped se encontró en el hall de entrada con cuatro menores, de 7, 11, 11 y 13 años, mojados, llorando y, según testigos, desnudos. La madre de dos de esos niños denunció que el conserje los invitó a la pileta y que le había tocado la cola a uno de ellos. Tras esa versión, familiares de los niños hicieron destrozos en el lugar e intentaron linchar al sospechoso, de 26 años, quien fue resguardado por la Policía y trasladado hasta la Comisaría 1ª.

Los niños, según señaló el abogado, diariamente recorren la zona céntrica de la ciudad pidiendo monedas y muchas veces haciendo desmanes mientras son acompañados por adultos, que siempre van tras ellos. “No es la primera vez que se meten a un hotel. Tenemos fuertes testimonios para presentar, acerca de que en otros hoteles de la avenida han realizado las mismas acciones”, aseguró.

El letrado señaló que durante la instrucción policial hubo allanamientos ordenados por el juez Correccional y Contravencional 1, Marcelo Bustamante Marone, quien está a cargo de la investigación. “Fueron en el hotel y en la casa del conserje. Del primero secuestraron los registros de las cámara de seguridad y de llamadas”, contó. Y agregó que también el juez ordenó que una psicóloga entrevistara en Cámara Gesell a los menores y que los resultados fueron negativos. “Hubo contradicciones entre los niños que decían que no habían sido tocados”, dijo.

Strazza manifestó que su cliente, además de denunciar el robo de las toallas por parte de los niños, les hizo una contradenuncia a las madres de ellos. “También denunciamos sobre el tremendo hostigamiento policial que sufrió, incluso con llamados impropios por parte de policías que pretendían que fuera a las tres de la madrugada a hacer una declaración informativa. Durante el allanamiento en su casa maltrataron a sus padres y hemos denunciado con nombre y apellido al policía que actuó”, contó. En cuanto al Hotel San Luis, dijo: “Existe una responsabilidad objetiva por parte de los dueños, con quienes hemos intentado hacer un acuerdo de mediación porque el viernes querían que él regresara a trabajar y como no se siente cubierto por elementos de seguridad, tanto para él como para los huéspedes, no accedió”.

“Contestaron que no era obligación del hotel poner seguridad privada. Tampoco el gerente presentó elementos de seguridad cuando el conserje lo llamó; minimizó el problema y le dijo que lo manejara él. Hay constancias de ello”, aseguró el abogado El letrado resaltó que a su defendido lo habían dejado trabajando en absoluta soledad, a cargo de la atención de unos 50 huéspedes.

Los responsables del hospedaje "debieron presentarse y decir que las toallas que los chicos robaron son del hotel y solidarizarse con los huéspedes a los que les robaron zapatillas y otras prendas”, afirmó Strazza. Aseveró que su cliente está mal anímicamente por “los daños y perjuicios que le está produciendo la difusión pública de un supuesto abuso sobre niños que no se ha probado y que le generó un daño inevitable”.

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