Por Catalina Ysaguirre

Su voz, su baile y su sensibilidad hicieron que los puntanos vivieran un espectáculo que no van a olvidar. El calor del sábado por la noche provocó que los corazones latieran con más fuerza, y nada impidió que Tapari condujera un baile hasta que se hizo de día.

Lleno total para ver a Tapari en Onasis. (Foto: Gonzalo Ávila)

Se subió al escenario a las 4 de la madrugada y arrancó con todo. Con un hit tras otro hizo que Onasis explotara de amor y de alegría. “Que ya no me llame”, Una cerveza”, “Devuélveme la vida”, “Vengo a gritar que te amo”, “No te vayas”, fueron desde el arranque.

Tapari trajo a San Luis su música y su sensibilidad. (fFoto: Gonzalo Ávila)

Su espectáculo tuvo dos partes, y la primera se destacó por los invitados especiales que llevó para tener bien cerca esa noche: una nena con síndrome de Down, un nene autista y otro pequeño en sillas de ruedas. Los tres se animaron a cantar, disfrutaron de las letras más favoritas, y después se fueron llenos de cariño y de aplausos infinitos.

La pequeña invitada de Rodrigo Tapari en el escenario. (Foto Gonzalo Ávila).

Antes de la pausa, alrededor de las 5, su banda hizo sonar un tema de Cristian Castro y después uno histórico de Antonio Ríos; y para la recta final se guardó las palabras más fuertes de la noche. Transmitió por qué Dios es tan importante en este momento de su vida; del antes y del después que lo tiene aferrado a la fe. Entonces contó que la canción “Es tan grande este amor”, es su homenaje “al todo poderoso”, convencido de que es tanto el amor que recibe de él, que hasta se lo está debiendo,  “que no cabe” en su pecho y que  llena de alegría “todito” su corazón.

Tapari tuvo tres invitados en la noche del sábado. (Foto: Gonzalo Ávila)

“Vos podés, todos somos iguales ante Dios, todos somos hijos de Dios”, le dijo a su público que en San Luis lo recibía por segunda vez. Y les recomendó encomendarse en esa fe.

Lleno total para ver a Tapari en Onasis. (Foto: Gonzalo Ávila)

En medio de los proyectos de este año, Tapari tiene la idea de grabar un disco con canciones dedicadas a Dios que reflejen su testimonio.

No dejó ni una sola canción sin cantar. “Y para qué sufrir” y “Muero de frío”, le fueron poniendo el cierre, a las 6:30 de la mañana en San Luis.