El "arqueólogo digital" que busca preservar la Isla de Pascua contra el cambio climático
El año 2012, el Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren) del Ministerio de Agricultura, dio la primera voz de alerta: dos tercios
El año 2012, el Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren) del Ministerio de Agricultura, dio la primera voz de alerta: dos tercios de la Isla de Pascua se encontraban bajo los efectos de la erosión, y corría el riesgo de desaparecer.
El estudio, señalaba que la isla, de 163 kilómetros cuadrados, requería aplicar altas medidas de conservación en un 27% de su superficie, lo que se incrementaría a casi un 50% de continuar la quema de pastos y el sobrepastoreo.
Cinco años después, el panorama no había cambiado. La caída de un muro de roca a tres metros de la costa sur de la isla por el fuerte impacto del oleaje fue una de las señales que advertía que no sólo la erosión estaba perjudicando seriamente el terreno, sino que el aumento del nivel del mar afectaría los llamados “Ahu”, plataforma que sostiene a los moais, haciéndolos caer.
La situación, respaldada por un informe de la Unesco, se sumaba a estudios que proyectaban el incremento de 1,5 metros de agua para el año 2100 con amenazas de fuertes olas, tormentas y un aumento de la salinidad producto de la subida de las temperaturas, evaporación y efectos de circulación oceánica.
se espera que los ahu empeoren su daño y el moai sobre ellos se desplome”
Para evitar este escenario, hace mucho que existen instancias que buscan reforestar la isla, que además de la erosión ha debido enfrentar incendios que en 2017 consumieron más de 200 hectáreas.
Aún así, cuatro de los sitios más importantes para el turismo: Tongariki, Hanga Roa, Tahai y Anakena fueron identificados como los más amenazados por el daño de las olas. Esto afectaría también al turismo, principal fuente de ingresos de la isla de 5 mil habitantes, que en 2017 fue visitada por 100 mil turistas que dejaron unos 70 millones de dólares.
Un arqueólogo del futuro
“Este proyecto se trata sobre lanzar una luz sobre los diversos daños provocados por el cambio climático en culturas, monumentos y lugares alrededor del mundo”, cuenta Chance Coughenour, jefe de conservación en Google Arts & Culture.
“El cambio climático es una historia global; algo esta pasando y es necesario hablar sobre ellas. Lo mas importante es que se trata de un proyecto en acción, no es sólo informar y sensibilizar sobre el tema, se trata de usar tecnología para que las organizaciones locales y expertos tomen decisiones sobre cómo adaptarse”, añade.
“Uso tecnología para documentar, compartir y preservar el patrimonio cultural. Como arqueólogo, trabajo con expertos locales y socios internacionales buscando ayudarlos a comunicar sus historias y completar sus distintos proyectos alrededor del mundo”.
En relación al proyecto con la Isla de Pascua, el arqueólogo afirma que su importancia tiene que ver con la presencia de los moais en la línea de la costa, la misma que está con problemas por la erosión y que los tiene con peligro de caer al mar. Además, destaca la buena recepción de los habitantes de la isla, quienes cuentan sobre los riesgos, la adaptación del lugar y cómo se preparan para enfrentar los efectos del cambio climático.
“Aprendi mucho de este proyecto y creo que el cambio climático no es sólo un ejemplo de cómo un lugar en particular está buscando adaptarse a lo que está ocurriendo. Estamos tratando de comunicarlo y lo importante es la voz de las comunidades locales, que organizaciones internacionales reconozcan lo que está pasando y que decidan sobre cómo adaptarse y proteger estos sitios históricos”, afirma.
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